Ella

La tenía contenida en mis latidos
guardada en un suspiro privado,
la consentía al calor de mi regazo
dibujada entre un delicado abrazo,
sentía la brisa de sus suaves latidos
sus risas armonizaban un dulce canto,
desnudaba mis ojos al observarlos
retumbando mi corazón al acercarnos,
de su esencia emanaban deseos
y de su sonrisa los colores del ocaso,
despuntaban los días en su rostro
nacían las estaciones tras sus pasos,
ella cubría la inmensidad del universo
creando galaxias en el firmamento,
su presencia es ese verso exquisito
que sutura las heridas del vacío,
eran las notas escritas con dedos
revolviendo las nubes en el cielo,

su existencia y el océano son uno
inmensos, misteriosos, profundo...

así era la orquesta en su entorno
deleitando mi memoria con recuerdos,
una tonada que acompaña mi silencio
una eternidad en mis pensamientos.

Autor: Ramón Morales - Derechos Reservados ©
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