CRECER

Barcos de hojas blancas
mar de sábanas azuladas,
nubes de algodón de azúcar
y una mandarina que iluminaba...
así era aquel ancho mar
en su imaginación temprana,
tenía una mente inquieta
con creativa destreza,
eran tiempos de pureza
la maldad no existía,
eternos eran sus días
enfocado en su vida,
nada ni nadie lo detenía
era corsario de su empresa,
sus pensamientos volaban
cual blanca e izada vela,
había una historia completa
dentro de su cabeza,
intrépido y con valentía
siempre seguía a su estrella,
fuera una noche oscura
con inclementes tormentas,
fuera un día cualquiera
con el sol frente a su vista,
sus pensamientos eran olas
que a su alma elevaban,
soñador de leguas y brazas
junto a una gaviota amiga...
el tiempo pasaba sin tregua
aquel pequeño ángel crecía,
los años lo maduraban
la piel mostraba experiencia,
su espíritu era una fortaleza
la humildad lo enarbolaba...
es un hombre que ama
con la sapiencia de la vida,
un ser que de aquel mar
mantuvo pura su esencia.

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