Componiendo

Hay momentos en los que no me encuentro
pareciera haberme esfumado de mi mismo,
estoy en todos lados y también en ninguno
siendo y no siendo, completo o esparcido.

Mis ojos se pierden entre mis dedos
intentando consolar lo que una vez palparon,
¿cómo desacerme de frases que se recitaron
y que se perdieron fundidas en el olvido?.

Mis nostalgias internas aún no se han borrado
y ya siento ese sabor a sentimiento añejo,
junto a un vacío que no recordaba por los años
pero que he dejado que me abrace por un rato.

Me asomo a la ventana y por momentos
una delicada brisa recupera mis sentidos,
la inquietud de las hojas detienen al tiempo
dejándome percibir el instante del momento.

A lo lejos suena uno de esos temas ochentoso
haciéndome entrar en una maquina del tiempo,
saltando los años como si fueran montículos
en una arena que se desliza hacia el pasado.

Me paseo por la baranda de los mil y un recuerdos
viendo pasar irrecuperables días sin arrepentimiento,
mi pecho se abre como un balcón en el último piso
donde mi corazón se asoma a sanar todo aquello.

Apago las voces de esas frágiles experiencias
dejando solo a mis oídos escuchar hacia adentro,
meditando tantos futuros que pudieron haber sido
pero que hoy son solo extraños con rostros conocidos.

Saludo a los invitados que vienen del futuro
a esta fiesta en la que por ahora sólo yo he asistido,
llevando conmigo una mochila de cuando niño
para que me recuerde que aún nada esta perdido.

He estado viajando sin boleto de regreso 
hacia a un lugar que, a medida, ire describiendo,
y en cada parada usaré esos colores adquiridos
para ir decidiendo sobre lo que será mi destino.

Posiblemente en la próxima estación del tiempo
suban nuevas orquestas que personalicen mi coro,
que le proporcionen aire fresco a mis párrafos
y a mi porvenir un inmaculado brillo.


Autor: Ramón Morales - Derechos Reservados ©

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